jueves, 25 de octubre de 2012

El amor de mis sueños

Y entonces, lo decidió. Desde el mismo instante en el que sintió su mirada fija en él, supo que estaba perdido. Tenia que decírselo, pero las palabras se resistían a acudir a su mente. No podía fallar, ni huir, sin decirle cuanto la quería, todos sus músculos estaban paralizados por no saber como le iba a pedir, que quería que fuera la mujer de su vida. A su alrededor, en el interior de la disco, caras borrosas, muchedumbre ajena a la importancia de lo que para él era lo mas significativo. Estaba perdido. Se acercó a ella, hipnotizado por la intensa mirada de aquellos ojos que tanto había amado en silencio. No fueron necesarias las palabras, ni súplicas, ni una declaración de amor. Simplemente, no fueron necesarias las palabras. Nunca lo son cuando una mirada es suficiente para comunicar un sentimiento.  Finalmente, se unieron en un beso, beso que secretamente habían estado anhelando. En ese momento dejo de estar perdido, había conseguido el amor de la mujer a la que más amaba.

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