jueves, 25 de octubre de 2012

Disculpar mi atrevimiento



Espero que sepáis disculpar mi atrevimiento. Jamás había pensado hacer lo que intento, un poema, (al final no sé si me saldrá o no) ya que lo mío siempre fue y es, lo que yo llamo  “micro relatos”, pero el momento merece el intento y el atrevimiento. Todos los días no le nace a uno un nieto y he aquí que hoy Adrián  mi nieto cumple once días que es además de guapo; el personajillo que me ha cubierto de una inmensa felicidad. Por eso voy a intentar hacer un poemita. Venceré la vergüenza al ridículo, él me dará fuerza.
Sé que en este momento, no se dará cuenta (tiene once días), pero cuando sea mayor y lea esto, aunque su abuelo no este, comprenderá cuanto lo ha querido.

Después de nueve meses
 Llegaba mi primer nieto
El que me haría sentir el amor más bello que cualquier persona  pueda abrigar
El día que naciste, fue sin duda el mejor de mi vida
Tu alumbramiento, esperado como agua de mayo me colmo de felicidad.
Hoy puedo decir que me consuelo con tan solo mirarte.
Y que aunque tú no me veas, al mirarte y verte tan tierno y frágil mis lagrimas he de limpiar.
Solo tú eres capaz de arrancarme una sonrisa y enjugar mis lágrimas.
Por desgracia el tiempo pasa muy de prisa y no se puede frenar, me gustaría frenarlo, para que no pasaran los días, los años, para de ese modo tenerte cerca, oír tus gritos y tu refunfuño, cuidarte, mimarte y abrazarte.

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