jueves, 25 de octubre de 2012

Recuerdo sobre mi madre


En mi recuerdo me queda la imagen de una mujer pequeña, temerosa, sensible, afable, muy tranquila, ojos pequeños como apagados y pelo grisáceo.
Una de las ultimas evocaciones que me vienen a la memoria fue cuando tuvo su ultimo alumbramiento –una niña- y  como, entre los años 60/70, se desplazaba desde su domicilio a ocho kilómetros a comprar lo necesario para pasar la semana, estos ocho kilómetros los hacía caminando, y junto ella un niño que la acompañaba siempre, -creo que siempre pensó que este podía protegerla-.
Una  mujer que se incorporo al mercado de trabajo cuando el horario era de sol a sol y que llegaba a su casa, y tenía que cuidar y darle de comer a sus retoños.
Una mujer que se sentía satisfecha con la felicidad de los que amaba.
Una mujer que profesaba un cariño inmenso casi obsesivo hacia su retoño.
Tanto era el cariño que le profesaba, que para ella era su sostén y su principal pilar, una mujer por lo que daría todo lo que poseo por poder mirarla de nuevo un solo instante y recibir de ella un solo abrazo.
Esa mujer, es mi madre.
La mujer que te apoya cuando todo el mundo deja  de hacerlo.

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