miércoles, 31 de julio de 2013

Una hoja en blanco

Una hoja en blanco. Tengo ganas de escribir, las ideas van y vienen pero siempre terminan desbandándose. Hoy, me siento instruido, tengo ganas y quiero escribir, es por eso que quiero dejar rienda suelta a mis sentimientos No existen palabras, para poder expresar los sentimientos que proporcionastes, cuando por fin pasastes ha hacer una realidad y dejastes de ser un proyecto. Mi corazón latía a un ritmo inusual, el milagro de la vida que nos arrebata individuos mas o menos queridos, nos compensa, por otro, con ese néctar nuevo que son los nietos, que eres tú. Néctar que nos devuelve el júbilo y la utopía. Cuando nacistes, no conocía nada de ti, ni el sonido de tu llanto, ni el tacto de tu piel... Hoy, te cojo entre mis brazos, y siento fuertemente un deseo de fundirte conmigo. Tu, no te das cuenta, pero has venido a una familia que te han acogido con los brazos abiertos, desde el mimo día que se supo de tu existencia (padres, abuela, tio. He de decirte que durante un mes has realizado cambios, muchos cambios, de los que me siento orgulloso de haberlos descubierto en el día a día junto contigo; como también, de haber pasado una semana intensa de vacaciones a tu lado, tus primeras vacaciones, junto co la abuela y tus padres.

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