Era un dia de invierno, año 1976 en una discoteca de un pequeño pueblo de provincias.
De pronto la vi, entre un rayo tenue de luz unos 20 años, apenas comenzaba a vivir. Aquella noche su mirada tenía un brillo especial, perciba muy bien su ansias, su miedos, nos conocíamos y lo inevitable se acercaba cada vez más.
Desde aquel día vivimos despreocupados del sol, del viento o la lluvia; lo único importante es poder amarse, cuidar y amar a los hijos, nietos… y porque no, buscar de nuevo aquella complicidad especial de los primeros años.
Ojalá se pudiera maestro, pero la vida añade dos cosas.... la prisa y la calma, para lo demás siempre queda la imaginación
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ResponderEliminarGracias. Gracias
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