domingo, 15 de junio de 2014

Amanecía

Amanecía, cuando me levante, para hacer un poco de deporte, antes de que al mediodía, nos tomáramos la cervecita de rigor, hacia calor a pesar de lo temprano de la mañana. Era el presagio de lo que sería sin duda, un día caluroso. A lo largo del recorrido por la Playa de la Victoria un trasiego de gentes que iban o venían, unos andando, otros corriendo. Algunos gaditanos ya mayores llamaban la atención de un grupo de turistas que se habían alojado en el Hotel Victoria ávidos de aventuras y con la ilusión de ver y conocer la “Tacita de plata.” Hubo momentos que las ideas fluían por mi mente, e imaginaba todos aquellos lugares, en los que se desarrollaron a lo largo de su historia numerosos ataques y batallas; su situación geográfica dominando el estrecho de Gibraltar, la importancia del puerto de la Bahía de Cádiz (punto de llegada de la Flota de Indias) y el protagonismo histórico de la capital, sede de las Cortes de Cádiz durante la Guerra de la Independencia y del gobierno liberal al final del trienio constitucional, convirtiéndose en escenario bélico entre otros en la destrucción de la armada española fondeada en la Bahía de Cádiz en el transcurso de la guerra anglo-española en 1585 – 1604. Miraba el mar y alzaba la vista para ver si desde el lugar donde me encontraba avistaba la costa africana, me encontraba en una tierra en la que siempre me había comportado como si hubiera nacido en ella, jamás me sentí extraño e ella. Conforme avanzaba al interior de la ciudad, me iba encontrando mas a gusto, estamos ante una ciudad que irradia paz y sosiego; el color plata de sus aguas son admirables. Que tiene esta tierra que enamora al viajero? A veces nos encontramos que hay ciudades que enamoran sin saber porqué. Hay quien busca grandes ciudades para perderse entre la jungla del asfalto y poder visitar grandes museos y visitas culturales, otros, como yo prefieren el sosiego y la relajación que me da una ciudad como Cádiz. Alameda Apodaca, la Catedral, La Caleta, el Castillo de Santa Catalina entre otros. Que decir de sus bares de tapas en su recorrido por Cádiz, nos podemos encontrar con “El Balandro”, “Achuri”, “Bodegón riojano”…, todo esto y la afabilidad de sus gentes, es lo que hace que Cádiz enamore.

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