sábado, 10 de noviembre de 2012

Un caluroso día de Verano


Era un caluroso día de verano. Pasaba frente a la puerta de una cafetería que estaba en el camino de regreso a casa, iba distraído, ensimismado; quizás por el agotamiento del el calor que hacía a las tres de la tarde en cualquier pueblo del sur de España. Cien metros más adelante, junto a una circunvalación de calles observo a un individuo que me infundió sospechas, no sabía por qué, pero no me gustaba, y no lo conocía, algo en mí, me digo que tenía que evitarlo y estar al loro; por lo que doy marcha atrás y entro en la cafetería, me siento en una mesa y pido un café, de pronto entran unos hombres, estaban asustados, encogidos de miedo diría yo, piden café y con la mano hacían gestos al camarero señalando hacia la circunvalación de calles. Yo permanecía tranquilo pero en tensión.
Me acerco a aquellos hombres, me identifico, y les interrogo del porqué ese miedo que se vislumbraba en sus rostros. Afirman que, el individuo que se encontraba en la circunvalación de calles, llevaba una pistola, y que a su lado había un coche de alta gama arrancado y preparado para huir; en el interior de la Caja de Ahorros, se observan movimientos raros para la hora en la que estábamos y creían haber visto en su interior un individuo con una máscara tapando sus facciones.
Doy instrucciones al camarero y solicito del mismo que llame a la Policía, mientras tanto, dando un rodeo, consigo acercarme al individuo sin que este se percatara de mi llegada, le pongo la pistola en la nuca y le ordeno que no se mueva ni se vuelva hacía atrás, entre el pantalón y el cinturón le arrebato la pistola que llevaba en la cintura y enérgicamente le mando a que se tire al suelo, me saco los grilletes que llevaba entre mi cuerpo y el pantalón y se los pongo con las manos atrás. Con energía y decisión le interrogo del porque lleva el arma y porque vigila La Caja de Ahorros, fue tanto mi sorpresa, que no me lo podía creer “el individuo en sí, me dice que en la Caja de Ahorros hay tres individuos, que se disponen a atracar la y, están dispuesto a tomar rehenes” me dispongo a leerle sus derechos como detenido, basados en el artículo 520 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal.
1. Derecho a ser informado de las razones de la detención y de los derechos que nos asisten.
2. Derecho a guardar silencio.
3. Derecho a la asistencia de un abogado de oficio.
4. Derecho a informar a los familiares del detenido.
5. Derecho a la asistencia médica.
El individuo, estaba cargado de emociones contrapuestas, si entender todavía su última acción perecedera, sabía que su destino era la Cárcel, la soledad que ofrecían los cuatros muros que la rodeaba, allí debía expiar delito.

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